Todo comienzo de un nuevo proyecto siempre trae consigo desafios y en esos están los problemas, las preguntas y esas respuestas que no logramos hallar, sobre todo cuando se trata de hacer algo distinto.
¿Cómo es que llegué a este punto?
¿Cuál?
Voy camino a decírselos.
Mi hija Daniela solía decir: " Mi papá es el mejor arreglador del mundo". Gracias por la confianza.
Es verdad en lo de reparar, nunca ha sido de mi agrado tener que desechar algo sin no antes haber intentado repararlo. Por otro lado soy un creador, mis manos, mi cabeza siempre están en algo, pintura, escritura, tejido, madera y cuanto material llegue hasta mi.
Un día gracias a Alicia mi mujer, descubrí el movimiento del Art and Craft de los años 20 en el siglo pasado y eso se me relacionó con una gran influencia japonesa. Poco a poco he ido descubirendo en mi ignorancia y así un día llegó a mis manos un Marudai, torre para tejer cordones, Kumihimo. Después con el tiempo me enteré del arte del Kintsugi. En ambos he expedicionado y han resultado ser terapéuticos además de entretenidos.
Como orgulloso autodicta que siempre he sido y gracias a la generosidad de muchos maestros, hoy en día en internet, me ha sido posible desarrollar ambas técnicas nombradas. No digo ni pretendo, hacer gala de maestros en ambas, solo un practicante.
Yendo al otro extremo de mi historia, no recuerdo cómo es que se generó. ¿Habrá sido producto de mi afición por los lápices, el dibujo, la escritura? Pero, acabé comprando lapices antiguas a través de ebay y me puse a repararlas. Luego encontré una partidas, quebradas en diferentes partes y las compré. Así fue naciendo la idea de aplicar el arte del Kinsugi, que originalmente es la técnica de reparación de cerámicas rotas con oro. En éste proceso se utilizan lacas japonesas de Urushi y otros productos.
He llegado lo más conciso que se me dio, hasta el punto de presentación que deseo.
Comienzo aquí la transformación de este blog, desde la escritura social a un punto de exhibición del proyecto al cual hago referencia, reparar Plumas fuente aplicando el concepto japones del Kintsugi.
No pretendo explicar qué és Wabi Sabi, no sé hacerlo. Dentro de él está el Kintsugi, que destaca la fortaleza y la belleza que encierra una pieza reparada. Hoy en día he visto aplicado este concepto a las personas, como Resiliencia. Hay mucho sobre uno y lo otro en internet.
Espero tener una buena acogida en este nuevo proyecto que emprendo.
A continuación dos de mis primeros trabajos.
Pluma fuente Harley and Davidson fabricada por Watermans en Francia, siempre ha sido de mi propiedad, la compré en Santiago de Chile en los años 90 y por alguna causa el cuerpo sufrio una fractura, la que ha sido reparada con polvo de oro aplicando el concepto del Kintsugi.
Pluma fuente Parker 21, data de los años 50. Le he reparado el cuerpo con resina y polvo de plata.
Así fue como llegó a mis manos. La parte rota incluso faltaba.
Una segunda oportunidad. El mundo no tiene por qué ser desechable, hay muchos que tienen el derecho y más aún, la oportunidad mejor que la nuestra a pasar por él.
