Parte de mi vida.


No escribo para ustedes, escribo para los que no me leen.

Estoy en desacuerdo con mis amigos,  para que mantengan un pensamiento propio y no siempre me sigan.

Creo en la más absoluta independencia del ser humano, de aquel que piensa, razona y actúa cuando su hacer no provocará daño en otro.

No hago diferencias entre animales, soy uno de ellos. Diferente en muchos aspectos,  no mejor que ellos. Lamento no haber comprendido esto desde el comienzo,  me alegro de que hoy es parte de mí.

Algunos me han nombrado con diferentes adjetivos, unos buenos, otros a su manera. Simplemente entiendo que a medida que avanzo, avanzo y mientras voy haciendo, mi huella se va borrando.

El día que me toque cruzar por esa puerta, se que es inevitable. Lo haré seguro que por mí, otros no pasarán anticipadamente por ella.

No tengo más mandato propio que ser libre, honesto y respetuoso. Que así como lo exijo, lo doy.

No profeso religión, ni partido político, ni nación. La moneda es un instrumento de canje, sin ningún valor actual.

No discuto sobre lo que no sé. No digo lo que no sé. No comparto lo que no sé y menos si no he podido comprobarlo.

Busco que haya consecuencia entre mis palabras y mis pasos.

Soy pintor, amo los colores. Soy un enamorado, amo la diversidad. Amar es un asunto público, ¿a quién? Algo entre nosotros dos.

Afirmo que la nueva sociedad ha de estar cimentada en la educación, donde el maestro sea la profesión principal y enaltecer su práctica. Sin ellos, los demás ¿a quiénes nos debemos?

Por esto y más, escribo. No escribo para ustedes, porque ustedes ya me leen. Escribo y sigo haciéndolo, para esos que aún no están aquí leyendo. 


Photo by Mohamed Nohassi on Unsplash

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