domingo, 5 de abril de 2020

Costo económico del COVID-19



¡Así es, tiene un costo económico!
Sólo que debería de ser ficticio para nosotros. ¿Por qué? ¿Cómo?
Sígame un momento:
Estamos en el punto A donde usted o yo tenemos nuestro trabajo. Es por eso que se nos paga un salario y con el cual llevamos adelante nuestra vida productiva.
Recuerde, está en el punto A.

La crisis real:
A usted que está trabajando desde su casa, o usted que no puede hacer su trabajo regular o a quien dejaron sin empleo en virtud del COVID-19; al encontrarse sin un salario no podrá satisfacer sus necesidades básicas, como así mismo las de su familia.  Ha pasado a ser un cesante y como usted habrá millones.

La crisis ficticia:
Que esos millones tengan que pasar a ser desocupados.
Hagamos un simple recorrido para facilitar el entendimiento: Un empresario paga a sus trabajadores. El trabajador usa ese salario para adquirir lo que necesita, incluso lo que muchas veces no necesita; esto genera el salario de otro que antes fue vendedor. Ahora el vendedor se transforma en trabajador con sueldo y a su vez en comprador, entonces cubre sus necesidades. Así podemos seguir infinitamente, pero hagamos el círculo corto, porque esto es un círculo.
Cuando el empresario le pagó  a usted $100, y usted gastó $100 distribuido en distintos otros empresarios..., así es como su empleador al siguiente mes vuelve a tener los $100 para volverle a pagar. Olvidé intencionalmente agregar las ganancias de ese empresario, sólo lo dejé en un retorno bruto.

Posibilidades para abortar la crisis ficticia:

  1. Despedir a millones de trabajadores para que los empresarios mantengan su riqueza.
  2. Que los empresarios sigan pagando los salarios y que se complete el círculo del consumo.
Hay otro punto y en este es cuando todos contamos, solidaridad hoy representa el cambio para mañana.

  • Si todos solidarizamos evitaremos una crisis. 
  • Descubriremos que el dinero es un rectángulo de papel entintado.
  • Que las crisis económicas están en nuestros hombros, para que un reducido grupo continue no haciendo nada.
  • Que dado el desarrollo tecnológico, es posible proveer de todas las necesidades sin que tengan un costo de consumo.
Salta la gran pregunta:
¿Quién querrá ser empresario, cuando se trate de aportar sin llenarse los bolsillo de un papel entintado?
¿Quién deseará ser estadista, cuando el esfuerzo público se diluya viendo crecer la sociedad?

Nuestras crisis económicas han sido ficticias desde comienzos del siglo pasado y por ello han llevado a la humanidad a dos guerras mundiales, a miles de guerras locales y desestabilizar gobiernos que han mostrado una pequeñísima luz en la dirección social.
Si esta pandemia, COVID-19, puede dejarnos alguna enseñanza, que sea la solidaridad y el cambio global frente al bien común.


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